“Cuanto más seguro me siento de que estoy en lo cierto, tanto más corro el riesgo de dogmatizar mi postura, de congelarme en ella, de encerrarme sectariamente en el círculo de mi verdad”, Paulo Freire.
Que paradoja nos envuelve, puesto que hemos coincidido en un momento de la historia donde la emancipación individual y los frutos de la libertad nos han permitido tomar las riendas de nuestra vida. Y sin embargo, dudamos. Dudamos del camino que hemos elegido, de nuestros sueños, de nuestros objetivos y metas. Los laberintos del “cómo” nos invaden, nos asustan y hasta nos paralizan.