Liderar no es ordenar o mandar. Servir a los demás hace la diferencia en el líder.

Si eres jefe, tienes gente a tu cargo. Si eres líder, tienes gente que te sigue.


Uno de los grandes desafíos de los jefes en las empresas actuales, es lograr que sus colaboradores crean en ellos, se sientan motivados y persuadidos para hacer su trabajo lo mejor posible y alcanzar los objetivos de la compañía. El reto es que el equipo confíe en las decisiones y acciones de su jefe, y que las instrucciones que están recibiendo son las mejores para ellos, y para la empresa. En otras palabras, más allá de jefes deben ser líderes de sus equipos.

¿Pero como puedo convertirme en líder? Muchos estudios han revelado algunas características básicas que debe poseer un verdadero líder, y es el que detallo a continuación:

-             Comunicación: es el factor clave dentro de las características de liderazgo. El líder debe ser claro a la hora de transmitir los objetivos y metas, cuál es el camino a seguir, y como transitar por ese camino. Así también, debe ser un buen oyente, prestando atención a las quejas, sugerencias, opiniones, recomendaciones y nuevas ideas de su equipo. Esta sinergia comunicativa, redundará consecuentemente en trabajadores más productivos, creativos y felices.

-       Empatía: el líder debe tener la suficiente capacidad de ponerse en el lugar del otro para tomar cualquier decisión. Debe generar un ambiente de trabajo en equipo, donde se respetan las necesidades y punto de vista de todos, anteponiendo siempre los intereses del grupo al interés personal.

-          Ejemplo: un verdadero líder debe dar el ejemplo. Esfuerzo, compromiso y dedicación son valores claves que el líder debe transmitir día tras día. Los colaboradores no seguirán por mucho tiempo a alguien que solo da órdenes y no se compromete con ellos en el trabajo. Si eres líder, debes trabajar más que nadie en el equipo.

La mayoría de los jefes no presentan estas características, motivo por el cual muchas veces no se logran los objetivos establecidos en una compañía. Si adquirimos estos hábitos de comunicar, de ponernos en el lugar del otro y dar el ejemplo, las probabilidades de éxito se multiplican. Y cuando me refiero al éxito, no me refiero al objetivo alcanzado solamente, sino al crecimiento profesional y personal que esto representa para todos los miembros de la organización.

Todos podemos ser líderes. Como dice Maxwell: “El liderazgo se desarrolla diariamente, no en un día”






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