Liderar no es ordenar o mandar. Servir a los demás hace la diferencia en el líder.

Gestión de Clientes


Nos encontramos en un mercado cada vez más competitivo y agresivo. Esa necesidad de supervivencia de algunas empresas y exceso de ambiciones de otras, hacen que la competencia diaria se vuelva un tanto peligrosa. Últimamente, las compañías se han dedicado más a menoscabar los productos y/o servicios de su competencia que resaltar las fortalezas y ventajas de la propia firma. En ese sentido, debemos ser muy cuidadosos y celosos de nuestros clientes, ofreciéndoles un trato de calidad superior, un producto que supere sus expectativas y un precio justo.

La correcta gestión de nuestra cartera de clientes es una herramienta fundamental con miras a un crecimiento sostenido y duradero. Básicamente, la gestión de clientes lo podríamos resumir en cuatro procesos:

-          Selección de clientes: este es el proceso de identificación del target de la empresa, el nicho de mercado, aquellos segmentos de clientes que verdaderamente se sientan atraídos por nuestra oferta de valor y que en consecuencia, estén dispuestos a adquirir el producto.

-                Captación de clientes: en este punto lo que se busca es atraer la mayor cantidad de clientes hacia la marca, capitalizar los prospectos, convertir los potenciales clientes en clientes verdaderos.

-          Retención de clientes: esta tarea es vital para el futro crecimiento de la compañía. Una vez satisfechas las necesidades básicas del cliente con nuestro producto, debemos buscar entregarle un valor agregado, ya sea con el servicio postventa, promociones, obsequios, etc. utilizar todos los medios posibles para cautivarlo y fidelizarlo a  la marca.

-          Relación con los clientes: Lejos estamos ya del trato transaccional con los clientes, hemos evolucionado hacia un trato relacional, a largo plazo, que nos permita conocerlos y hacerlos partícipes de nuestra empresa,  por ende, las posibilidades que tenemos de hacer futuros negocios con ellos se multiplican. Comprobado esta que un cliente bien atendido, satisfecho y con el que se tiene una relación constante, recomienda la marca o el producto, para que otras personas lo prueben.


Una estrategia integral de gestión de clientes debe abarcar mínimamente estos cuatro procesos, que aplicados en forma correcta nos permitirá optimizar nuestra relación con los clientes actuales, expandir nuestra cartera de clientes, y fortalecer nuestra imagen de marca.




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