Todos nos hemos topado
alguna vez con personas de difícil trato en el lugar de trabajo. Son personas
especiales en cuanto a su carácter y/o personalidad. Algunos intentan imponer
su voluntad sacando a relucir su antigüedad dentro de la empresa, otros
encuentran un “pero” para todo y uno debe adaptarse a su forma de trabajar y
aceptar las “sugerencias” para llevar la fiesta en paz. Claro, todo depende de
la posición que ocupemos dentro de la organización y de los intereses que
afectan a cada uno.
Por sobre todas estas
cuestiones, considero que es importante tratar al máximo de mantener buenas
relaciones de trabajo, principalmente con nuestros interlocutores directos.
Las buenas relaciones, nos permiten alcanzar una fluidez en cuanto al sistema de trabajo y obtener así una mayor productividad. No solo eso, ayuda muchísimo también a mejorar nuestro nivel de bienestar en el puesto de trabajo donde nos desempeñamos.
Las buenas relaciones, nos permiten alcanzar una fluidez en cuanto al sistema de trabajo y obtener así una mayor productividad. No solo eso, ayuda muchísimo también a mejorar nuestro nivel de bienestar en el puesto de trabajo donde nos desempeñamos.
Los problemas se
presentan a cualquier hora y en cualquier lugar. De hecho, somos contratados
por una determinada empresa para, además de realizar las funciones inherentes
al puesto de trabajo, solucionar los problemas que se presentan en el mismo e
ir mejorando la gestión organizacional. En mi opinión, la actitud que adoptamos
para hacer frente a los problemas, marcan como son nuestras relaciones
laborales. Si asumimos un problema como un desafío, como una oportunidad de
mejorar lo que se viene haciendo, de mostrar nuestras capacidades y
habilidades, de ayudar a los demás, entonces gran parte del problema ya estará
solucionado. Por el contrario, si ante la aparición de un problema, nos ponemos
de mal humor, buscamos deslindar responsabilidades, lo tomamos como una traba a
nuestra planificación, e incluso a veces buscamos culpables, en ese caso se
deterioran nuestras relaciones laborales.
Las personas con las
que estamos trabajando hoy, probablemente serán las mismas que con las que
trabajaremos mañana. En consecuencia, es de suma importancia que nuestras
relaciones laborales sean saludables. La empatía es una capacidad que debemos
aprender a desarrollar.
Si en nuestro lugar de
trabajo adoptamos una actitud positiva, constructivista, de solidaridad y
compañerismo, se lograría generar un ambiente ideal para entablar relaciones fructíferas
y un ambiente de crecimiento personal y profesional.
@GraciaGary
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